Tägliche Andachten
Su cuenta celestial
“Si se vuelven ricos se pueden olvidar de Mí. Por esa razón, permitiré que vivan en pobreza”. ¿Ha leído alguna vez que Dios declare eso en la Biblia? Yo no he leído algo parecido, y creo que usted tampoco. ¡Pues allí no está escrito! Ahora bien, Él sí dijo: «Yo soy el que les da el poder para obtener las riquezas» (Deuteronomio 8:18). En otras palabras, ¡usted debe recordar de dónde las obtuvo! Como creyentes nacidos de nuevo, usted y yo somos el pueblo de Dios, así como los israelitas. Le pertenecemos a Cristo, entonces somos: «…descendencia de Abraham y herederos según la promesa» (Gálatas 3:29). Por tanto, somos los candidatos perfectos para que Dios bendiga la obra de nuestras manos, y ¡nos dé el poder para obtener riquezas! “Pero Gloria -dirá usted- conozco a personas que han servido a Dios y lo han puesto en primer lugar en sus vidas; y permanecen en la quiebra. ¿Acaso Dios no les otorgó el poder para hacer riquezas?”. Claro que sí, sólo que ellos no supieron cómo usarlo. Como puede ver, la abundancia de Dios no cae del cielo sobre nuestra cabeza. El Señor ha diseñado procedimientos para que la recibamos, mas si no sabemos cómo aplicarlos perderemos lo que nos pertenece. Eso no debería sorprenderle. Incluso en la Tierra, todo funciona de la misma manera. Por ejemplo, usted podría tener un millón de dólares en una cuenta bancaria, pero si no sabe que está allí, o no sabe cómo realizar un retiro, no disfrutará de ese dinero. Lo mismo sucede en el reino de Dios. La Biblia afirma que usted posee una cuenta celestial. El apóstol Pablo se refirió a ésta cuando les escribió a sus colaboradores y les agradeció por sembrar en su ministerio (Filipenses 4:17). Su cuenta celestial es muy parecida a una cuenta bancaria terrenal, en la cual usted puede realizar depósitos. Como creyentes no es sólo una opción efectuar depósitos, sino que de acuerdo con Mateo 6:19-21, Jesús nos indicó que era muy importante que depositáramos. Entonces siembre para el espíritu, para su cuenta celestial. Déle a los demás, y supla sus necesidades. Siembre para la obra de Dios (ministerios y alcances), y eso va más allá que sólo dar el diezmo. Y cuando siembre, desate su fe; póngale nombre a su semilla, y dígale a Dios qué espera recibir. ¡Es maravilloso tener una cuenta en el cielo! También es extraordinario saber, así como los socios de Pablo, que: “Dios generosamente suplirá (llenará por completo) todo lo que les falta conforme a Sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19, AMP). Job 42; Proverbios 1; Apocalipsis 21 Acumulo tesoros para mí en el cielo, porque donde está mi tesoro, allí también estará mi corazón (Mateo 6:19-21).
Heiligschriftstudium: Mateo 6:19-21