Tägliche Andachten
¡No tema!
Se supone que debemos temerle a Dios, no al diablo. Es importante que respetemos y le demos reverencia al Señor, al punto en que de inmediato realicemos cualquier ajuste en nuestra vida sólo para agradarlo. Cuando Él nos pida algo que parece arriesgado desde el punto de vista natural, debemos inquietarnos más por lo que perderemos si no le obedecemos que por lo que sucederá si lo hacemos. En otras palabras, cuando Él le diga: Eres más que vencedor, y luego le ordene avanzar y recuperar algunas áreas de su vida que el diablo le ha robado; no debería sentarse a debatir si puede o no lograrlo, ¡simplemente avance! Si está pensando: “Bien, yo no podría. Después de todo, he fracasado tanto en esa área de mi vida que tengo una imagen pobre de mí mismo”. Le explicaré algo, si usted sirviera a Dios, esa imagen pobre de sí mismo comenzaría a cambiar; y empezaría a visualizarse como Él lo ve. ¡Pues en Él nos vemos mucho mejor! Ya no sea tan consciente de lo que puede lograr o no en sus propias esfuerzas. Esa percepción le impedirá entrar a su tierra prometida. Pues en lugar de obedecer a Dios, comenzará a preguntarse: “Ahora bien ¿qué pensará la gente de mí si lo hago?, ¿si impongo manos sobre alguien y no sana?, ¿si comienzo a creer por prosperidad y voy a la ruina?, ¿qué pensaría la gente de mí?, ¿cómo me verían?”. ¡No importa cómo se vea! Lo que cuenta es que obedezca a Dios. Además, una vez que lo haga, su reputación mejorará por sí sola. Es gracioso, pero al perder ese deseo de proteger su imagen, ésta mejorará. ¿Por qué? Porque entonces la imagen del Señor Jesús podrá manifestarse, en lugar de la que tenía de sí mismo. Dios le prometió a usted, así como se lo garantizó a Moisés: «Porque yo estaré contigo». (Éxodo 3:12). Por tanto, cualquier cosa que Él le pida hoy… o lo que le haya estado pidiendo desde hace tiempo, ¡hágalo! Aférrese a Su promesa de que Él estará con usted. Eso permitirá que viva en lo sobrenatural y que realice cosas imposibles. No permita que el temor al diablo lo detenga. ¡Usted es más que vencedor! Levántese y obedezca a Dios, ¡pues tendrá la victoria para que todos la vean! Jeremías 33-34; Salmo 79 En todas las cosas, soy más que vencedor por medio del que me ama (Romanos 8:37).
Heiligschriftstudium: Hebreos 3:12-19