Tägliche Andachten
Usted posee el tesoro
Hay un viejo refrán religioso que se usa especialmente entre los ministros: “Nos vamos a consumir de cansancio a causa de la obra”. Pero eso es lo que el diablo quiere, no Dios. Al enemigo le encantaría verlo trabajar hasta que “se funda” y muera; para después saltar de alegría en su funeral. No le dé esa oportunidad. Tómese el tiempo necesario para alimentar su ser interior, de ese modo no se “fundirá”. Nutra su espíritu hasta que aumente su fuerza; y sea como una llama luminosa y fuerte siempre. Sea transformado de gloria en gloria: «…mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor…» (2 Corintios 3:18). Aumente el vataje de su generador espiritual al dedicarle tiempo a las cosas del Señor. Quite su atención de las cosas del mundo, y véalo a Él. Empiece a trabajar con Dios, en lugar de trabajar para Él. ¿A dónde debe dirigir su mirada para ver a Jesús? Primero, a la Palabra; y segundo, a su propio espíritu. En el segundo punto es donde tenemos problemas. Podemos ver a Jesús grande y magnífico en la Palabra. Nos lo imaginamos sentado majestuosamente en el cielo a la diestra del Padre. Sin embargo, no hemos desarrollado nuestra habilidad para verlo morando en nuestro interior. Y ésa es la clave. Es menester poseer la habilidad de sobrevivir a la presión de estos días. Es importante que vea a Jesús en su interior tan claro como lo ve en la Palabra. Necesita ser consciente ?no sólo con su mente, sino con cada una de las fibras de su ser- que mayor es quien vive en usted que el que está en el mundo. Nunca olvide lo siguiente: una vez que comprenda que el Espíritu y el poder mismo de Jesús habitan en usted, nada -ninguna deuda, enfermedad, o problema de ningún tipo- podrá derrotarlo. Cuando en su interior la imagen de Jesús, quien habita en usted, se vuelva más grande que la imagen de los problemas que lo rodean, vencerá todos los retos que el diablo traiga a su camino. La respuesta de todo se encuentra dentro de usted en este momento. Todo lo que necesite se halla en su espíritu. Todo el dinero… toda la salud… toda la fuerza… toda la sabiduría… ¡todo esto se encuentra en usted porque ahí habita Jesús! Recuerde, tenemos este tesoro en vasos de barro, ¡para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros! Jeremías 35-36; Salmo 80 Tengo este tesoro… para que la excelencia del poder sea de Dios y no mía (2 Corintios 4:7).
Heiligschriftstudium: Juan 17:20-26