Tägliche Andachten
Permita que la Palabra cambie sus circunstancias
Si se encuentra en un problema o circunstancia que no parece cambiar, le tengo buenas noticias. No debe hacer nada al respecto; excepto esperar en la Palabra, ésta puede transformarlo todo. La Palabra de Dios es viva, y penetra hasta los mismos tuétanos de sus huesos, en su mente, en su voluntad y en sus emociones; y los cambiará. Penetrará en su espíritu y lo hará nacer de nuevo. Al invertir tiempo meditando en la Palabra -cuando permanece en ella-, comenzará a cambiar sus pensamientos; luego cambiará su estilo de vida y lo transformará por completo, traerá sanidad a su cuerpo, sanará su mente, y lo hará prosperar. ¡Pues literalmente posee el poder de Dios en sí misma! Aunque procuremos y realicemos un gran esfuerzo por aprender las Escrituras, por invertir tiempo en ella, por confesarla y obedecerla; en realidad la Palabra misma produce los cambios en nuestra vida. El escritor de Hebreos lo explicó: «Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, …». Reposamos en la Palabra, sabiendo que ésta cumplirá lo que Dios ha prometido. Algunos creyentes se agobian a sí mismos tratando de lograr que esas promesas se cumplan. Sin embargo, ¡ése no es nuestro trabajo!; nosotros sólo necesitamos permitir que la Palabra se mantenga en nuestro interior. Nuestra parte consiste en permanecer en Jesús, reemplazar nuestros pensamientos por Sus pensamientos -confesar y actuar de acuerdo con Su Palabra-. Pero es Dios el que realiza la obra. Él es el único que hará que Sus promesas cobren vida y que se vuelvan una realidad en usted. Además, Él puede lograrlo justo en medio de los peores problemas que el mundo haya visto o en medio de la peor situación en la que usted pueda encontrarse. Él puede prosperarlo en medio de la hambruna, sanarlo en medio de las plagas, mantenerlo a salvo cuando el peligro aceche por doquier. De hecho, Él puede darle -y le dará- todo lo que le pida, si permanece en Él y Su Palabra permanece en usted. De esta manera, siempre pedirá de acuerdo con Su voluntad, como enseña 1 Juan 5:14-15: «Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho». Por tanto, ¡no permita que su corazón se turbe! Sólo establezca su corazón en Jesús, permita que la Palabra responda ante las circunstancias y usted saldrá adelante con la gloriosa victoria de Dios. Ezequiel 1-3; Salmos 92-93 La Palabra de Dios es viva y es poderosa; por tanto, puedo entrar en el reposo (Hebreos 4:11-12).
Heiligschriftstudium: Salmo 33