Tägliche Andachten
Abra los ojos de la gente a la luz
Puesto que Dios no salva a nadie contra la voluntad de esa persona, ¿vale la pena orar por los que conscientemente rehúsan recibir a Jesús como Señor?
Sí. ¡Sí! ¡SÍ! ¡Sí vale la pena!
Mire, a pesar del hecho de que la mayoría de los incrédulos que no han querido recibir a Jesús como Señor piensan que lo han hecho de su libre albedrío, la verdad es que no es así. La Palabra de Dios dice que han sido cegados por Satanás, quien les está bloqueando la percepción de la verdad. Por tanto, ellos en realidad no han tomado esa decisión de su voluntad.
Es importante que entienda esto, porque mediante la oración intercesora usted puede interferir en las fuerzas satánicas y ayudarles a quitarse esas vendas. Con la oración puede también cambiar las circunstancias y ayudar a crear una situación que los traerá a conocer al Señor. Usted está dentro de sus derechos espirituales cuando hace esto.
Una vez oré con un amigo que había estado orando por años por su hermano perdido. Jesús dijo en Mateo 12:29 que primero atáramos al hombre fuerte y luego entráramos en su casa y saqueáramos sus bienes. Así que dijimos: “Tú, espíritu que ciegas los ojos de _______ , deja de hacer lo que estás haciendo para mantenerlo fuera del reino de Dios. ¡En el nombre de Jesús, deja de hacerlo en este momento!”
Jesús también dijo, en Mateo 9:38: “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”. Entonces, oramos diciendo: “Señor, envía alguien a _______ con la Palabra de Dios. Tú sabes a quien escuchará. Pedimos a _______ para el reino de Dios. Confiamos en que lo veremos salvo y libre. En fe te alabamos”.
Al poco tiempo su hermano lo llamó y dijo: “¿Qué has estado haciendo? Con todos los que me he encontrado últimamente han estado predicándome”.
Nuestras oraciones habían interferido en las fuerzas que Satanás había estado usando para cegar a este hombre para que no conociera a Jesús, y habían creado la circunstancia para traerlo al reino. Efectivamente, en pocos días, él había nacido de nuevo.
Haga esta misma oración por sus seres queridos, y cuando ore, crea que así será. Usted podrá ver los mismos resultados. No se cruce de brazos ni deje que el diablo se lleve a sus amigos y familiares sin usted hacerle resistencia. Ore. ¡Ore! ¡ORE! Arremeta contra el “dios de este mundo”. Quíteles las vendas de los ojos a sus seres queridos y ábrales los ojos al glorioso Evangelio de Dios.
Heiligschriftstudium: 2 Corintios 4:1-7