Tägliche Andachten
Busque primero a Dios
Siempre que Ken y yo hablamos de vivir por la fe, sé que hay personas que piensan: “Eso es fácil para ustedes, porque son predicadores y han tenido éxito”. En cierto modo es cierto que hemos tenido éxito, pero lo hemos tenido porque nuestro llamamiento exige que le pongamos atención a Dios, y ponerle atención a Dios siempre produce éxito.
Pero no siempre hemos vivido así. Es más, la primera vez que vi a Kenneth Copeland, usted no se imagina lo lejos que él estaba de ser pastor: era piloto de aviones y cantaba en centros nocturnos. En cuanto a mí, era estudiante universitaria que no sabía nada del nuevo nacimiento y que había dicho que nunca me casaría con ningún pastor.
Poco después de casarnos, Ken se metió en un negocio que pensamos que nos iba a hacer ricos. Dejé mi trabajo y me fui a trabajar para esa nueva compañía. Dos semanas después el negocio cerró las puertas. Terminamos durmiendo en una cama plegable que se hundía en el medio. Teníamos una mesita de hierro que Ken había hecho en la secundaria y un televisor en blanco y negro. No teníamos ni refrigerador ni estufa. Cocinaba en mi cafetera y en un sartén eléctrico, y ponía la comida afuera en una caja de cartón para que se mantuviera fría.
Estábamos en la quiebra, sin empleao y muy endeudados.
Entonces, un día, tomé la Biblia que la madre de Ken le había regalado para su cumpleaños. Ella le había escrito este versículo: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas”. La abrí y leí Mateo 6. Decía que Dios tenía cuidado de las aves. Por primera vez en mi vida entendí en mi corazón que Dios se interesaba por mí. Me imaginé que si Él tenía cuidado de las aves, tendría también cuidado de mí. Me arrodillé en aquella habitación casi vacía y le dije a Jesús que si podía hacer algo con mi vida, yo se la daba. Eso es todo lo que recuerdo haber dicho.
No sabía que acababa de nacer de nuevo. Dos semanas después, Ken encontró un trabajo. Nos mudamos a un apartamento amueblado y compramos un automóvil mejor. En medio de todo eso, sucedió algo más: Ken nació de nuevo.
No se preocupe si usted “no ha tenido éxito”. Por supuesto que nosotros no lo tuvimos al principio. Siga caminando con Dios y deje que Él le haga tener éxito. Él es un Dios que es bueno para con todos (Salmo 145:9).
Tome la decisión en su corazón de buscar primero a Dios, y todas las otras cosas serán añadidas.
Heiligschriftstudium: Salmos 128