Tägliche Andachten
Dé a Dios la gloria
En algunos círculos cristianos existe una tradición que dice que cuando los hijos de Dios soportan abnegadamente el dolor y el sufrimiento, el Señor recibe la gloria y el mundo queda admirado. ¡Qué mentira! Eso es una artimaña del diablo para tener esclavizados a los hijos de Dios.
La gente del mundo ya tiene suficiente dolor y sufrimiento, no quiere aumentarlos sino más bien evitarlos. A esa gente no le interesa lo que uno predique. Es la gente religiosa la que se preocupa por esas cosas. Los inconversos tienen mejor sentido común; ellos quieren ver resultados, por eso vienen a la iglesia cuando oyen que la gente está siendo sanada, liberada y rescatada del sufrimiento. Eso es lo que ellos están buscando, y eso es lo que Dios quiere que reciban.
La Biblia dice que Dios recibe la gloria cuando ellos ven a los paralíticos caminar y a los ciegos ver (Mateo 15:31). Jesús dijo: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto… ” (Juan 15:8). ¿A cuál fruto se refiere? Al fruto de las vidas restauradas y sanadas por el poder de Dios.
A una de nuestras campañas de sanidad llegó un hombre que tenía un cáncer tan avanzado que casi no había energía ni vida en él. Ni siquiera conocía al Señor, pero llegó con la esperanza de recibir un milagro. Durante las sanidades, el Señor le dijo a Ken que alguien estaba siendo sanado de cáncer en las glándulas, en la garganta y en el pecho. Cuando el hombre vino y recibió la sanidad, dijo: “Salí del hospital esta mañana con cáncer, pero ahora he sido sanado”. Él volvió al hospital esa tarde y los médicos lo examinaron y le dieron de alta. Como resultado, él recibió a Jesús como su Señor, y más tarde ese mismo día se reconcilió con su esposa, de la cual había estado separado. En el mismo día fue sanado, fue salvo y su matrimonio fue restaurado.
¡Eso es fruto! Eso da gloria a Dios. Cuando ministramos sanidad y liberación como lo hizo Jesús en la tierra, eso da gloria a Dios. Deshagámonos de la tradición religiosa y sigamos lo que la Palabra dice. Hagamos que el mundo se admire de Jesús para que Dios reciba la gloria.
Heiligschriftstudium: Juan 15:1-16