Tägliche Andachten
El pacto de amor
Porque tanto amó Dios al mundo, que dio, y dio, y dio… : ese es el mensaje de la Biblia de principio a fin. Parece algo muy simple. Sin embargo, pocos de nosotros lo entendemos a fondo. Entendemos el concepto de que Dios es poderoso y el concepto de que quiere que seamos sus siervos. Pero el concepto de que el Dios Todopoderoso nos ama tanto que lo único que quiere es bendecirnos: eso es difícil de creer.
Durante miles de años, Dios ha estado obrando para hacer manifiesto su amor en los corazones de los hombres. Él ha hecho promesas amorosas de bendición y protección. Pero siempre ha enfrentado el mismo obstáculo: seres humanos que no pueden aceptar que esas promesas sean ciertas.
La vida de Abram es un ejemplo perfecto. Abram no estaba acostumbrado al concepto de un Dios dadivoso. Después de todo, él había sido adorador de la luna, y la luna nunca hizo nada por él. Entonces conocío a El Shaddai: el que es mayor que todos, el Dios Todopoderoso. Lo primero que El Shaddai quería hacer era darle bendiciones.
Las promesas de Dios asombraron tanto a Abram, que no podía creerlas. Abram le preguntó: “Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar?” (Génesis 15:8). ¿Sabe qué le respondió Dios? Estableció con él un pacto de sangre. Ese pacto contestó para siempre cualquier pregunta que Abram pudiera tener acerca del amor y la fidelidad de Dios. Una vez derramada la sangre, Abram supo que Dios hablaba en serio.
Dios hizo el mismo pacto de sangre con usted: sacrificó a su propio Hijo para hacerlo. El cuerpo quebrantado y la sangre derramada de Jesús han llegado a ser la prueba eterna del amor de Dios hacia usted. Por medio de la santa cena, Él le insta a recordarlo una y otra vez para que cuando la fe en las promesas de Dios comience a flaquear: “tengamos un fortísimo consuelo” (Hebreos 6:18).
Medite en el pacto que Él ha hecho con usted para que reciba una revelación refrescante de su amor por usted. Tome el pan y la copa, preséntese al Señor y tome la santa cena, medite en el cuerpo y la sangre de Jesús, que le han hecho miembro de la familia del Dios Todopoderoso gracias al pacto de sangre. El cuerpo y la sangre de Cristo despejarán para siempre cualquier duda que tenga en cuanto al amor de Dios y sus promesas.
Heiligschriftstudium: Génesis 15