Tägliche Andachten
El puente entre dos mundos
Todos saben que el cielo es un lugar grandioso. Lo tiene todo: una riqueza tan inmensa que las calles están hechas de oro, una salud tan abundante que la enfermedad ni siquiera existe; gozo tan pleno que extingue todo dolor para siempre. Los cristianos sueñan con llegar a ese lugar cuando mueran. Pero imagínese por un momento, cuán asombroso sería si usted pudiera entrar al cielo en este momento. Piense cómo sería si Dios construyera un puente entre el reino de los cielos y la Tierra, a fin de que esas ilimitadas provisiones celestiales pudieran fluir para satisfacer las necesidades de su vida. Sería maravilloso ¿verdad? Sin embargo, lo más extraordinario es que el puente ya fue construido. La mayoría de personas ¡ni siquiera pueden creer que eso sea posible! Esto se debe a que en la mente de ellas, el mundo espiritual donde existe el cielo no es tan real para ellas. Por esa razón, no pueden comprender cómo la “realidad” de este mundo físico y lo “abstracto” del mundo espiritual puedan conectarse. Yo solía pensar así; no obstante, cuando Dios comenzó a enseñarme estas cosas, Él afirmó y renovó mi mente. Él me explicó que el ámbito de la realidad incluye ambos mundos, tanto el espiritual como el material. También me hizo saber que, contrario a la creencia popular, el mundo espiritual no sólo es tan real como el físico; sino que ¡es mucho más real! Hace 2,000 años, en la ciudad de Belén, un ángel estalló en gozo anunciando las buenas nuevas: «¡…y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!» (Lucas 2:14). ¡Jesús había nacido! La Palabra que produjo vida en Adán es la misma que nos abre el camino hacia la vida eterna. El cielo y la Tierra se conectaron otra vez… se construyó el puente para su salvación… la separación que existió después de que Adán desobedeció a Dios se terminó. Gracias a esto, hoy en día puede tener todas sus necesidades suplidas en abundancia. Cualquier necesidad… en su espíritu, en su alma y en su cuerpo. Eso se refiere a sus necesidades espirituales, sociales, mentales, físicas y de salud. Jesús nació. ¡Usted tiene al Salvador y al Ungido y Su unción! Invítelo hoy a entrar en su corazón… y cruce el puente entre los dos mundos. Zacarías 1-3; Salmos 141-142 Creo en mi corazón que Jesucristo es el Hijo de Dios, y que resucitó de entre los muertos. ¡Soy salvo! (Romanos 10:9).
Heiligschriftstudium: Juan 1:1-14