Tägliche Andachten
En Mi nombre, harán...
“Espere un minuto -podría estar pensando-, recibí mi salvación hace 20 años, y Jesús ha vivido en mí todo este tiempo; sin embrago, Él jamás ha predicado algún sermón o sanado a una persona enferma a través de mí”. Eso se debe a que no ha estado a la expectativa de que Él realice esas obras por medio suyo. Observe, aunque el Ungido habita en su interior, Él no se revelará a través de usted, a menos que utilice su fe. Eso no debería sorprenderlo, pues todo lo que recibimos de Dios -incluso el nuevo nacimiento- debe activarse en nuestra vida por fe. Entonces si desea que el Ungido, quien habita en su interior, comience a manifestarse a través de usted, tendrá que creerle a Dios por ello. No puede simplemente recostarse y esperar a ver qué sucede, es importante que se aferre a Sus promesas y crea lo que afirma la Palabra, y no lo que le muestren sus circunstancias o experiencias. Es posible que no sienta poder o unción en lo absoluto. No obstante, en la Biblia se enseña: «… y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa» (Efesios 1:13). Ser sellados significa: “ser marcado con una imagen”. Eso quiere decir que al nacer de nuevo, usted fue marcado con la semejanza del Ungido; pues fue recreado para que su interior fuera igual al del Señor Jesucristo. Ahora, debe creerlo, y ¡permitir que todo lo que Dios depositó en su interior se exteriorice! Ríndase todos los días al Ungido, quien habita en su interior. Deje que Él tome el control y permanezca a la expectativa de que la vida divina, la cual ya se encuentra en usted, comience a fluir; a fin de que los demás ¡puedan ver al Señor Jesucristo a través suyo! Ejerza su fe al invertir tiempo con Él. Ponga su mirada en las cosas que son de arriba. Anhele que Él se revele a Sí mismo a través de usted, al punto de disponerse a dejar a un lado lo demás; y buscarlo a Él primero. Creo firmemente que entre más importante se vuelva Jesús para nosotros, más se revelará a través nuestro. Por tanto, decídase a tener hambre de Él y permita que haga Su voluntad en su vida cada día. Cuando lo cumpla, Él comenzará a bendecir a las personas a través de usted. Jeremías 46-47; Salmo 86 Jesús vive en mí. Él es mi esperanza de gloria (Colosenses 1:27)
Heiligschriftstudium: Colosenses 1:25-29