Tägliche Andachten
Las cosas ocultas de Dios
¿Se acuerda de cuando aprendió el alfabeto en la escuela? Lo aprendió haciendo uso de sus cinco sentidos y de su capacidad para razonar y ordenar datos. Esa clase de conocimiento se llama conocimiento natural, y la mayoría de la gente solo ha oído de esa clase de conocimiento.
Pero en el reino de Dios hay otra clase de conocimiento que opera de adentro hacia afuera, en vez de afuera hacia adentro. Se llama “conocimiento revelado”. Jesús habló de esta clase de conocimiento en Mateo 16. Él había preguntado a los discípulos que quién creían ellos que era Él. Entonces Pedro le respondió: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.
“Bienaventurado eres, Simón – le dijo Jesús – , porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos”.
Dicho en otras palabras: “Pedro, tú no recibiste ese conocimiento por medio de tus sentidos naturales, sino que lo recibiste directamente de Dios”.
Si usted alguna vez ha recibido esa clase de conocimiento, se habrá dado cuenta de que después de recibirlo usted empieza a ver las cosas de forma diferente y a tener una confianza tan firme que, como Jesús le dijo a Pedro, ni las puertas del Hades prevalecerán contra usted.
Pero esas revelaciones no vienen fácilmente. Usted tiene que meditar en la Palabra y buscar el Espíritu de Dios para que se las revele, porque están ocultas en Él. La Biblia dice que Dios ha ocultado su sabiduría para los santos (1 Corintios 2:7-9). Note que dice que la ha ocultado para los creyentes, no de ellos. Dios quiere que usted la reciba.
Sin embargo, no piense que Dios va a mandarle del cielo grandes revelaciones cuando usted está mirando la televisión. Es necesario que lo busque a Él.
Si usted anhela recibir conocimiento revelado, necesita meditar en la Palabra, orar y estar en comunión con el Señor para que esté en condiciones de recibir ese conocimiento. Empiece a recibir esas revelaciones de Él, es la clase de conocimiento más emocionante que hay.
Heiligschriftstudium: 1 Corintios 2