Tägliche Andachten
Levántese contra la discordia
En las Escrituras Dios nos advierte contra el peligro de la discordia. No obstante, es uno de los problemas más comunes entre los creyentes. Permitimos que se meta en nuestros hogares, en los lugares de trabajo, en las iglesias… ¡en todas partes!
Por supuesto, no la dejamos entrar intencionalmente. No nos despertamos por la mañana y decimos: “Creo que voy a empezar alguna gran discordia hoy”. Lo que hacemos es dejarla meterse furtivamente en nosotros, como una pequeña irritación.
Por eso, le insto hoy a levantarse decididamente contra esas pequeñas oportunidades para la discordia. Si tiene la tendencia a permitir que las cosas le irriten, decida vencer esa tendencia. Ármese contra ellas con el conocimiento de que este mundo no es perfecto, que hay gente que no va a ser amable con usted. Hay personas que lo van a fastidiar y molestar, a propósito o inconscientemente.
Decida que, por el poder de Dios, usted no va a dejarlas que le quiten su paz. Esa paz es muy importante para su bienestar. Ella mantendrá su cuerpo sano y guardará sus relaciones saludables. Lo pondrá en un lugar donde Dios pueda orientar sus pasos y librarlo de algunos errores muy graves. Si se ha pasado toda la vida con los nervios crispados por cada cosa pequeña, puede tomarle tiempo para que rompa ese hábito. Quizá tenga que trabajar en él a cada momento. Pero puede hacerlo.
Yo lo sé. Tuve que hacer eso en lo que a la preocupación se refiere. Me había afanado por tantos años y había venido de una familia que se preocupaba fácilmente, que lo hice casi sin pensar. Cuando aprendí que preocuparse era contrario a la Palabra de Dios, tuve que dejarlo minuto a minuto. Con la ayuda del Espíritu Santo, cada vez que un pensamiento de preocupación venía a mí, yo lo vencía con la Palabra de Dios. E hice eso hasta que rompí ese hábito de la preocupación para siempre.
Usted puede hacer lo mismo con la discordia. Pídale al Espíritu Santo que lo ayude a empezar a reconocerla y a superarla en cada momento. Entonces, cada vez que comience a enojarse por algo, reprenda esa discordia en el Nombre de Jesús y resístala. Diga en voz alta: “Hoy ando en la paz de Dios.”
Usted se sorprenderá al ver cuanto más maravillosa puede ser la vida.
Heiligschriftstudium: Mateo 5:21-26, 43-48