Tägliche Andachten
Libre de la maldición
Usted sabe lo que pasó: Satanás, en forma de serpiente, se le acercó a la esposa de Adán y la engañó para que desobedeciera a Dios. Pero Adán no fue engañado, sino que hizo lo mismo que ella.
Ese día, cuando Satanás vino al huerto, no tenía ningún poder. Tuvo que entrar sigilosamente, sin hablar directamente con Adán, sino con su esposa.
Adán estaba allí, y debió haberlo echado fuera. Pero no lo hizo. En vez de eso, descartó el mandato que Dios le había dado e hizo lo que Satanás le dijo que hiciera, y cuando lo hizo, éste se convirtió en su señor.
Al doblar su rodilla ante Satanás, Adán le dio la autoridad que Dios le había dado al hombre. El hizo a Satanás el gobernador ilegítimo de la tierra. Las cosas cambiaron de inmediato. El pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres (Romanos 5:12). De repente, la tierra y todo lo que había en ella fueron malditos.
“Entiendo -dice usted-. ¿Vamos a vivir bajo esa maldición el resto de nuestra vida? ¿No había nada que Dios pudiera hacer?”
¡Sí, lo había, y lo hizo! El envió a Jesús. Gracias a Jesuscristo Dios nos libró de la maldición (Gálatas 3:13).
Usted fue rescatado del señorío de Satanás en el momento en que hizo a Jesucristo el Señor de su vida. Usted fue redimido de la maldición. No dije que la maldición ya no está allí. Lo está. Usted puede verla a su alrededor. Pero ahora tiene una opción. Usted tiene autoridad sobre ella en el Nombre de Jesús, así que puede resistirla.
Dios ha hecho todo lo que el amor puede hacer. Envió a Jesús para redimirle a usted de la maldición. El resto está en sus manos. Ahora debe hacer suyo lo que ha sido hecho para usted.
Heiligschriftstudium: Romanos 5:12-21