Tägliche Andachten
Nada intimida a Dios
No importa qué tan difícil sea la situación que enfrente hoy, ¡Dios puede cambiarla! Es posible que los médicos le hayan dicho que no hay esperanza, que su cuenta del banco esté vacía y que los acreedores estén tocando a su puerta. Quizá existan problemas en su familia, en su lugar de trabajo o probablemente un ser querido esté en prisión. Es posible que sus problemas se hayan acumulado de tal manera que sienta que jamás los podrá solucionar. Sin embargo, no permita que el diablo lo engañe; porque él nunca ha inventado un problema ¡que la fe en Dios no lo pueda resolver! Porque nada intimida a Dios. Para el Señor es tan fácil sanar un cáncer como lo es sanar un dolor de cabeza, o comprarle una casa nueva o pagarle la renta del mes. ¡Medite en esto! Si se atreve a creer en la Palabra de Dios, usted puede tener luz en medio de un mundo de tinieblas. También disfrutar de la protección y vivir sano en medio de una sociedad llena de peligro y de enfermedad. Usted puede vivir en prosperidad y libertad en medio de un mundo empobrecido y cautivo. Pero no logrará nada arrastrándose con una actitud de derrota. Si quiere vivir en constante victoria, deberá desarrollar un espíritu de fe y perseverar cuando el diablo esté presionando sobre su vida. La fe cree en la Palabra, simplemente porque Dios lo dijo; ya sea que las circunstancias estén de acuerdo con ella o no. Eso significa que si desea mantener un espíritu de fe en el área de la sanidad, primero consiga una Biblia y busque lo que el Señor manifiesta acerca de ese tema. Luego crea en esa Palabra como la verdad absoluta. Después, confiésela: La Palabra afirma que la sanidad me pertenece y ¡yo lo creo! Siga depositando a diario la Palabra en su corazón hasta que la fe surja en su interior y su cuerpo comience a alinearse a ésta. Las personas que poseen el espíritu de fe siempre reciben la bendición de Dios; es probable que pasen por pruebas y tribulaciones, sin embargo, siempre saldrán victoriosas. Me gustan esas posibilidades que tenemos para vencer al diablo. ¿Y a usted? A mí me gusta derrotarlo cada vez que peleamos; y alabado sea Dios, podemos lograrlo si seguimos viviendo conforme al espíritu de fe. Mantenga la fe agitada, su expectativa alta y llévela más allá de donde la tenga en este momento. Atrévase a creerle a Dios. ¡Él no se conmocionará! ¡Porque nada impresiona a Dios! Isaías 26-27; Salmo 40 ¡Yo tengo el espíritu de fe! (2 Corintios 4:13).
Heiligschriftstudium: Éxodo 10:16-23