Tägliche Andachten
No deje que su fe se deslice.
Algo muy serio le ha estado sucediendo al Cuerpo de Cristo. A menudo hemos dejado que lo que hemos oído, el mensaje de fe y justicia, se deslice.
No hablo solamente de aquellos creyentes que han estado tan rodeados de religión que nunca han oído del poder que tienen en Cristo Jesús. Hablo de los que hemos oído la Palabra y hemos conocido la emoción de vivir por fe.
Por ejemplo, en mi propia vida, había veces cuando oraba por sanidad. Decía todas las palabras correctas: “Gracias Dios, creo que recibo…” y todo eso. Pero por dentro estaba pensando: “¿Por qué será qué Dios no me sana?”
Aunque decía que creía que era sano, en realidad no era así. Había dudado de la promesa de Dios, creyendo lo que mi cuerpo decía en lugar de lo que decía la Palabra de Dios.
No importa cuánto tiempo lleve como creyente o por cuánto tiempo haya estado practicando los principios de fe, usted puede deslizarse fácilmente a la incredulidad en cuanto a las promesas de Dios. Y cuando lo haga, le va a costar caro.
“Pero si deslizarse en la incredulidad es tan fácil “quizá diga usted, ¿cómo podemos evitarlo?”
Hebreos 4:11 nos dice: “Esforcémonos pues, por entrar en ese reposo, para que nadie caiga al seguir aquel ejemplo de desobediencia”.
Nosotros debemos laborar. No estoy hablando de trabajar con nuestras manos y nuestros pies o de luchar para conseguir que Dios haga algo, sino de pasar tiempo en la Palabra de Dios, aferrándonos por la fe a las promesas de Dios día tras día. Debemos laborar al escuchar la Palabra y no permitir que se deslice.
No se despreocupe de la Palabra. No cometa el error de pensar: “Yo sé todo ese asunto de la fe. Sé cómo recibir mi sanidad”. No afloje, o uno de estos días el diablo le tomará desprevenido y le robará sin que se dé cuenta. En lugar de eso, profundice más en la Palabra de Dios. ¡Labore! Sea diligente para evitar que su fe se deslice, ¡y usted no caerá!
Heiligschriftstudium: Hebreos 10:23-39