Tägliche Andachten
No es tiempo de ser negligentes
¡Vivimos en el día de angustia! No importa qué circunstancias enfrente hoy, no sea negligente ni débil espiritualmente. Si actúa de esa manera, estará en problemas; ya que en el ámbito natural, las cosas no mejorarán, sino empeorarán. Sin embargo, no permita que eso lo asuste; en 1 Juan 5:4, leemos: «Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe». ¿Sabía que usted puede ser tan fuerte como desee al invertir tiempo en la Palabra? El único que puede establecerse límites es usted mismo. Si le dedica más tiempo a la Palabra, ésta lo fortalecerá. Así viven los creyentes sabios. Se mantienen fuertes al dedicarle a diario tiempo a la Palabra. Permanecen fuertes y preparados porque saben que estos tiempos, en los que vivimos, son malos. Despierte a la Palabra tomando su Biblia y meditando en ella cada día. Constantemente escuche casetes y lea libros de hombres y mujeres ungidos que prediquen la Palabra. Conserve la Palabra en su corazón, frente a sus ojos y en sus oídos hasta que ésta tome el control de sus pensamientos. Manténgase fuerte y preparado… y libre para obrar conforme al Espíritu de Dios. Si lo hace, cuando las adversidades lo ataquen, tendrá fuerza sobrenatural para vencer y vivir en victoria. Y recuerde, no es tiempo de ser negligentes. Jeremías 16-17; Salmo 70 Me rehúso a ser negligente en el día de angustia, porque soy fuerte (Proverbios 24:10).
Heiligschriftstudium: Isaías 40:28-31