Tägliche Andachten
Sea como un bulldog: sujete su fe y jamás la suelte
Cuando pienso en la tenacidad espiritual que necesitaremos en los días venideros, recuerdo una anécdota que escuché en cierta ocasión. Ésta relataba la historia de un joven que recibía entrenamiento para ser piloto durante la Segunda Guerra Mundial; él pertenecía al escuadrón Martin Marauder. Un día, él y su instructor se encontraban en un avión bombardero al final de la pista, preparándose para despegar en un vuelo de práctica. Su compañero de habitación, quien estaba entrenando en el mismo tipo de avión, se acercaba para terminar su última vuelta. Y faltando 400 metros para finalizar, justo frente a los ojos del joven piloto, su compañero giró el avión e impactó contra el suelo, y éste explotó en llamas. El joven muy impactado simplemente permaneció sentado y con la mirada fija observó en silencio. Luego escuchó la voz firme de su instructor: «¡No te quedes ahí sentado! ¡Despega!». El joven piloto estaba muy impresionado, y pensaba: «¡De seguro no practicaremos hoy! ¡Porque mi compañero acaba de morir!». «¡Despega! -le ordenó-. Estamos en medio de una guerra. No tenemos tiempo para lamentarnos. ¡Así que despega!». Él recorrió la pista atravesando el humo del avión en llamas ¡y despegó el bombardero! Sé, como todos, que vivir por fe no es fácil. Hay ocasiones en las que el diablo lo ataca por sorpresa, y lo lastima tanto al punto que su carne desea postrarse y llorar. Existen momentos en los que desea que Jesús se le aparezca y se manifieste palpablemente para ayudarlo a seguir. Sin embargo, ni el llanto ni las manifestaciones carnales harán que gane la guerra. Por tanto, debe permanecer firme en su fe. Ganará la guerra al vivir por fe, ya que ésta es nuestro vínculo con la unción del Señor. La fe desata, en nuestro interior y a través de nosotros, el poder de Dios que destruye todo yugo y quita toda carga. Si fortalece siempre su fe y su espíritu se mantiene activo por medio de la Palabra, cuando el diablo lo ataque usted podrá enfrentarlo. Por experiencia propia puedo decirle qué sucederá cuando mortifique al diablo poniendo en práctica su fe y se rehúse a ceder ante la presión. La unción de Dios vendrá sobre usted y su espíritu se activará y será más grande en su interior que por fuera. Y en lugar de lloriquear en un rincón, ¡comenzará a rugir como el León de la tribu de Judá! Así que comprométase a vivir por fe. Tome la decisión de andar por fe, y no por vista. Decida alimentarse de la Palabra, a mantener su espíritu activo al creer, confesar y actuar conforme a ella. Sea tenaz. Sea como un bulldog y jamás abandone su fe. ¡El único que se rendirá y huirá será Satanás! Jeremías 22-23; Salmo 73 Me rehúso a andar por vista, pues vivo por fe (2 Corintios 5:7).
Heiligschriftstudium: 1 Reyes 17:1-16