Tägliche Andachten
¡Siga brillando!
Si usted realiza algo significativo para Dios en esta Tierra, de seguro la persecución llegará a su vida, pues es parte de la batalla espiritual. 2 Timoteo 3:12 no deja ninguna duda al respecto. ¿Por qué el simple hecho de vivir una vida santa provoca tanto problema en este mundo? En Juan 5:19, leemos que: «…el mundo entero está bajo el maligno». Vivimos en un territorio gobernado por el espíritu de las tinieblas, y mientras nuestra luz sea más intensa, más peligrosos seremos para ese reino. Ahora bien, mientras no hagamos nada para Dios, no padeceremos persecución. Si lucimos, hablamos y vivimos como la gente del mundo, ellos creerán que estamos bien. Quizá les parezcamos un poco locos, pero no representaremos una verdadera amenaza. Quizá en este momento usted sea consciente de que si se vuelve por completo a Dios, el mundo no lo apreciará mucho. En realidad, esta descripción se queda corta. Jesús lo explicó de esta manera: «Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece» (Juan 15:18-19). Es posible que usted piense: “Bueno, creo que es cierto; pero no es muy agradable. ¿Por qué tenemos que hablar de este tema?”. Necesitamos prepararnos para que cuando la persecución venga, ésta no haga que disminuyamos nuestra marcha, y mucho menos que nos detengamos. Ésa es la función de la persecución, su propósito es desanimarnos; a fin de evitar que concluyamos el plan de Dios en nuestra vida. Pero ¡alabado sea Dios! Si aprendemos cómo resolver la persecución de manera anticipada, ésta ni siquiera nos hará disminuir la marcha. Por tanto, no le tema a las tinieblas de este mundo. Quizá lo persigan; sin embargo, no podrán vencerlo. Incluso su familia puede perseguirlo; pero ellos tampoco podrán derrotarlo. En 1 Juan 5:4, se afirma: «Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe». Intensifique su luz…y ¡siga brillando! Isaías 34-36; Salmos 44-45 Aunque sufra persecución, yo continúo viviendo de una manera justa y santa (2 Timoteo 3:12).
Heiligschriftstudium: Mateo 10:16-26