Tägliche Andachten
¡Trace su destino!
“Realmente deseo que Dios haga algo por mí (el resto de la afirmación se queda en el aire)… pero Él probablemente no lo hará”. ¿Cuántas veces ha escuchado que alguien se exprese así? Esto no es fe, sino incredulidad; la cual opera igual que la fe, sólo que al contrario. El temor es en realidad fe, pero en la dirección equivocada. El temor es fe en una dimensión negativa. Es la fe en el fracaso, en el peligro o en el daño. Cuando alguien medita de forma negativa o “se siente preocupado”; está desarrollando imágenes internas. Sin embargo, no son imágenes de esperanza, sino de desesperación. Así como el temor es antónimo de la fe, la desesperación lo es de la esperanza. Es una imagen interna de fracaso, enfermedad, pobreza o cualquier otra cosa que el diablo desee depositar en usted. La desesperación es en realidad esperanza en lo negativo, y el temor, tal como la fe, provoca que las cosas sucedan, sólo que en lo negativo. ¿Comprende qué tan poderoso es este procedimiento? Éste controla el curso de su vida. Esas imágenes internas, ya sean de esperanza o desesperación, se convierten en el plano para la fe o el temor; y al final controlan su destino. Usted debe escudriñar la Palabra y comenzar a construir su esperanza. Empiece a plasmar la voluntad de Dios en su mente. Mientras usted en su interior se vea a sí mismo como una persona derrotada, entonces su destino en el exterior será también vivir de esa manera. Pero cambie esa imagen de sí mismo con la Palabra, y ningún demonio del infierno podrá detenerlo. Jesús vino a cambiar la imagen interna del ser humano: «Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8:31-32). Ponga esa verdad a obrar en su interior. Deposítela allí hasta que la esperanza comience a trazar nuevas imágenes en su corazón. Luego aférrese firmemente a éstas y jamás permita que se borren. Con el tiempo -inevitablemente- la fe hará que estas imágenes sean tan reales en el exterior como en su interior. «Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él…» (Proverbios 23:7). Las imágenes en su interior determinarán su destino. Por tanto, dibuje nuevas imágenes. La Palabra de Dios está llena de ellas. La pregunta es, ¿está usted lleno de ellas? Ezequiel 19-20; Salmo 102 Como pienso en mi corazón, así soy (Proverbios 23:7)
Heiligschriftstudium: Tito 3:4-7