Tägliche Andachten
Un asunto muy serio
El perdón que yo le otorgue a alguien, no se relaciona en nada con lo que esa persona me haya hecho o no. Yo la perdono por causa de la sangre. Dios también honró la sangre y me perdonó ante la evidencia de mi pecado, entonces de la misma manera yo perdono. El no cumplir ese mandamiento sería deshonrar esa sangre. ¡Éste es un asunto muy serio! Puesto que al deshonrar la sangre de Jesús, se aparta de Su protección y se adentra en el territorio del diablo. Usted se dirige hacia las tinieblas donde el enemigo le puede disparar. No sé si usted lo desea, pero yo no quiero entrar allí. No me importa qué hagan en mi contra, yo no permitiré que ese maltrato me lleve a vivir en tinieblas. Simplemente, honraré la sangre, los perdono y actúo correctamente al andar en la luz. Si alguien me golpea en una mejilla, actuaré conforme a lo que Jesús enseñó; perdonaré y voltearé la otra mejilla. Algunas personas piensan que si reacciona de esa manera, se aprovecharán de usted y lo herirán muy fuerte. Sin embargo, se equivocan; pues si usted mantiene firme su fe cuando voltee la otra mejilla, Dios lo protegerá de la persona que trate de lastimarlo. Conozco a un predicador que experimentó esa promesa, Él le estaba compartiendo el evangelio a un miembro de una pandilla que lo estaba amenazando con un cuchillo en las calles de Nueva York. En lugar de defenderse, él le declaraba que Jesús lo amaba. El pandillero continuaba amenazándolo, tratando de herir al predicador. Pero cada vez que lo intentaba, una fuerza invisible lo detenía, y literalmente no lo podía tocar. Como resultado, el miembro de la pandilla se puso de rodillas, aceptó a Jesús como su Señor; y en la actualidad ¡es uno de los evangelistas más distinguidos del mundo! Preste atención, ¡el perdón es una de las fuerzas más poderosas que existen! Vivir en perdón es andar en victoria. Job 35-36; Apocalipsis 17 Yo honro la sangre de Jesús al decidir perdonar a las personas; por esa razón, vivo en victoria y poder (Lucas 17:3-4; Apocalipsis 1:5).
Heiligschriftstudium: Colosenses 1:9-14