Tägliche Andachten
Utilice un nuevo estimulante
En este momento, imagine el limón más ácido que alguna vez haya probado. Visualícelo, tómelo, exprima sólo un poco y vea caer el ácido jugo gota a gota. Ahora estimule sus nervios, coloque ese limón en su boca y muérdalo. ¿Qué tipo de reacción física está experimentando ahora? Se le hizo agua la boca ¿cierto? Probablemente sus labios se hayan fruncido como una ciruela. La ciencia lo denomina como reacciones condicionadas; en otras palabras, es una respuesta física provocada por un estímulo mental. Nuestra vida está llena de reacciones condicionadas, iguales a ésta. Cada uno de nosotros tiene recuerdos de reacciones que, por experimentarlas repetidas veces, han llegado a ser completamente automáticas. Existen ciertos estimulantes que puede utilizar; los cuales afectarán su espíritu, así como pensar en ese limón afectó su cuerpo. Y ¿cuáles son esos estimulantes? ¡Son palabras, palabras, palabras! Al parecer las palabras son pequeñas cosas que producen grandes resultados. Éstas activan el funcionamiento interno de su espíritu. Las palabras estimulan la fe o el temor, el gozo o la desesperación, el valor o el desánimo. Éste es un principio espiritual y funciona todo el tiempo, ya sea que lo sepa o no. ¿En qué se relaciona todo esto con las reacciones condicionadas? Si comienza a escucharse a sí mismo, descubrirá que utiliza muchas frases y expresiones de manera automática, sin pensarlas. Tales como: “Es un lunes triste otra vez… si no fuera por la mala suerte, no tendría suerte en lo absoluto… mi memoria va de mal en peor cada año…”; y la lista podría continuar. Quiero desafiarlo hoy a que comience a cambiar esas expresiones. Utilice un nuevo estimulante. Comience a prepararse, a fin de responder en cada situación con palabras de fe, en vez de palabras de incredulidad. Aprenda a conectar palabras de fe con todo lo que realiza a lo largo del día. Enséñese a sí mismo a expresarse de esa manera, al punto en que cada situación sea un estimulante para su fe. Y ¡será bendecido con la diferencia que marque la fe! Lamentaciones 2:3; Salmo 90 La vida y la muerte están en el poder de mi lengua; por tanto, determino confesar palabras de vida (Proverbios 18:21).
Heiligschriftstudium: Hebreos 4:14-16