Tägliche Andachten
Vele y ore
¿Alguna vez se ha sentido decepcionado por las debilidades de su fe? ¿Alguna vez ha decidido nunca más volver a cometer cierto pecado, pero cuando vino la tentación volvió a caer en él?
Nos ha pasado a todos, y le pasó a Pedro el discípulo. Él juró que nunca negaría a Jesús, pero lo hizo. Hay algo que podemos hacer para no seguir cayendo en la misma tentación. Podemos velar y orar: eso fue lo que Jesús les dijo a Pedro y a los demás discípulos que hicieran, cuando estaban en el huerto de Getsemaní. Él sabía que ellos iban a ser tentados y que la debilidad de la carne los vencería si no fortalecían sus espíritus con la oración.
Eso se aplica también a nosotros. Por eso en Judas 20 y 21 el Señor nos dice casi lo mismo que Jesús dijo a sus discípulos aquella noche: “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna”.
Dios sabe que la carne por naturaleza sigue la corriente del mundo y que, aunque nuestros espíritus renacidos buscan a Dios, la carne indisciplinada siempre está inclinada al pecado. Él nos ha dado la capacidad de orar en otras lenguas, de fortalecer nuestro espíritu y edificarlo hasta que tenga supremacía sobre la carne. Romanos 8:26 nos dice que cuando oramos en el espíritu: “… el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”.
¿Nos sorprende, entonces, que el apóstol Pablo dijera: “Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros” (1 Corintios 14:18)? Esa es una de las herramientas más poderosas que Dios nos ha dado. No se olvide de usarla. Siga las instrucciones de Efesios 6:18 y ore “¿ en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica¿ “
No cometa el error que Pedro cometió. Cuando la tentación toque a la puerta, que no le sorprenda durmiendo. Esté preparado y asegúrese de que su espíritu sea lo suficientemente fuerte para vencerla.
Heiligschriftstudium: Mateo 26:30-44