Tägliche Andachten

October 29

Él lo guiará paso a paso

Kenneth Copeland
Jehová está conmigo; no temeré...

Note que en Salmos 118:6, David no declara: “Oraré y le pediré a Dios que aparte el temor de mí”. Él tampoco afirma: “Intento no sentir temor”. Al contrario, él manifiesta: «…No temeré…». Primero que nada, rechazar el temor es cuestión de voluntad. Sin embargo, como lo indica este versículo, es cuestión de decidirse a creer que en cada situación Dios está con usted. Y que por Su poder, Él lo guiará paso a paso. Por supuesto, para vivir exitosamente en fe y no temer, debemos saber con exactitud cómo aprovechar ese poder. En 2 Pedro 1:3-4, leemos: «Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder [el de Dios], mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia». Dios ha dejado a nuestra disposición todo lo que podríamos necesitar, cada bendición concebible, a través de las promesas en Su Palabra. Si las creemos y si activamos la ley del Espíritu de vida, éstas se manifestarán en nuestras vidas; y abrirán el camino, a fin de que escapemos de la destrucción que entró a la Tierra por la ley del pecado y la muerte. No obstante, Satanás quiere poner en duda esas promesas utilizando el temor. Trae circunstancias adversas, con el propósito de convencernos de que tales promesas jamás se cumplirán. Él nos miente, contradice la Palabra de Dios y expresa: “Nunca lo lograrás, eres muy débil, otras personas pueden vivir por fe porque son más fuertes. Tú no posees la educación que ellos tienen. Algo no está bien en ti”. Y así sucesivamente. Pero sin importar qué suceda, la decisión continúa siendo suya. Usted puede escuchar la Palabra de Dios o las mentiras del diablo. Entonces ¿por cuál se decidirá? “Pero, hermano Copeland, en realidad no estoy escuchando al diablo. Yo creo en la Palabra de Dios; sin embargo, no puedo olvidar lo que me sucedió en el pasado. Fallé, no recibí mi sanidad, me trataron mal…”. ¡Será mejor que olvide todas esas experiencias! Será mejor que las borre para siempre con la sangre de Jesús. Si no lo hace, meditará todo el tiempo en ellas. Pues así como la fe viene por el oír, y oír la Palabra de Dios, el temor proviene al escuchar las palabras del diablo. El temor se manifiesta cuando usted contempla las amenazas en cuanto a su propio futuro y sus vanaglorias del pasado. Por tanto, tome la decisión correcta… aun si tiene que hacerlo cada 60 segundos. No permita que las mentiras del diablo se acumulen en sus oídos ni por un minuto. Llene sus pensamientos con la Palabra de Dios… y recuerde que Él está de su lado y lo guiará paso a paso. Jeremías 43-45; Salmos 84-85 El Señor está conmigo; por tanto, no temeré (Salmos 118:6).

Heiligschriftstudium: Deuteronomio 31:1-6

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