Tägliche Andachten

February 02

Viva para agradar a Dios

Gloria Copeland
Como Cristo sufrió en la carne por nosotros y por ustedes, ármense con el mismo pensamiento y propósito [sufriendo pacientemente, a fin de no fallar al agradar a Dios]. Pero quien ha sufrido en la carne... [ha dejado de complacerse a sí mismo y al mundo, y ahora agrada a Dios]

Dios fue capaz de expresarse de Jesús de esta manera: «…Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia» (Marcos 1:11). Asimismo, nosotros, como creyentes, también podemos agradar a Dios igual que Jesús. Tenemos un espíritu nacido de nuevo creado a Su imagen; se nos dio Su justicia, y fuimos llenos del mismo Espíritu Santo. Poseemos toda la capacidad que Jesús tenía; por tanto, podemos ser como Él y realizar Sus mismas obras, pues Él vive en nosotros (Colosenses 1:27). Él se dedicó al Señor, estaba totalmente entregado al Padre, y no había pecado en Él. Aunque Jesús tenía un cuerpo de carne y sangre como el nuestro, la Palabra nos relata en muchas ocasiones que Él ministraba a multitudes durante todo el día, y luego oraba toda la noche. Jesús, al igual que nosotros, disfrutaba de su tiempo de descanso en la noche. Sin embargo, tuvo que crucificar Su carne, lo cual involucraba no ceder ante el sueño, y realizar lo que le agradaba a Dios. Decidió decirle no a Su carne, y sí al Padre. “Bien, Gloria, sé que Jesús actuó así, pero el Señor no espera que nosotros hagamos ese tipo de sacrificio”. Sí, claro que sí, y lo leemos en 1 Pedro 4:1-3. Ya es tiempo de que la Iglesia deje de vivir como los gentiles (aquellos que se encuentran en el mundo, sin Dios y sin esperanza). Comencemos a andar conforme a las ordenanzas de Dios, sin importar cuál sea la tendencia. Sólo porque la moral del mundo se haya derrumbado, no significa que la moral de la Iglesia deba derrumbarse. No importa cuán oscuro se encuentre el mundo, debemos ser la luz de éste. Necesitamos pelear contra la tentación de ceder ante esas tendencias, afirmando nuestro compromiso de sufrir en la carne, antes de fallar en agradarle al Señor en cualquier área de nuestra vida. Sufrir en la carne es lograr que ésta actúe contra su voluntad. También significa consagrarse, a fin de realizar lo que agrada al Señor; incluso cuando le cause incomodidad a su carne. Cuando esté preparado para morir a su carne, no sólo dejará de pecar, sino también vivirá para agradar a Dios. Usted estará listo para rendir todo, incluso aquello que no sea malo, a fin de que nada le impida vivir en comunión con su Padre. Si desea disfrutar de lo mejor que Dios ha preparado para usted, ése es el tipo de sacrificio que deberá llevar a cabo. Tendrá que poseer esa mejor vida por fe. Debe morir a sí mismo porque en la Biblia se nos ordena. Sólo después de obedecer, descubrirá las maravillas que le esperan tras su obediencia. Puede parecer muy difícil; sin embargo, sé que desea seguir a Dios. Estoy seguro de que anhela tener hambre y sed de justicia. Por tanto, realice algunos cambios en su vida. Y cuando esto suceda, ¡vivirá para agradarlo! Éxodo 20-21; Marcos 10 Yo sufriré en la carne, a fin de no fallar en agradar a Dios (1 Pedro 4:1).

Heiligschriftstudium: 1 Pedro 4:1-7

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